Llegué a terapia por un breakdown en mi trabajo. Llevaba tanto tiempo conteniendo mis emociones que decidieron aflorar en uno de los momentos en los que más me había prohibido que se mostraran, las lágrimas empezaron a fluir sin parar en una junta con mi jefe en donde el pobre no sabía qué hacer para contenerme. Acto seguido aproveché la promoción del buen fin y pagué un paquete de sesiones.

He de confesar que mi mente y mi cuerpo tenían rato gritándome que ya no podían ser ignorados y necesitaban algo más que pensamientos positivos. Llevaba semanas investigado diferentes enfoques y terapeutas antes de llegar decirme por intentar la terapia cráneo sacral + somática.

El principio fue raro e incómodo, no era la dinámica que recordaba algunos años atrás … No se trataba de hablar sino de sentir. Y así con la guía y el acompañamiento de Dani poco a poco he aprendido a regularme para co regular con otros, a sentir las emociones en mi cuerpo, a encontrar un balance entre lo agradable y desagradable, en la dosis necesaria regresando a mi anclas para no desbordarme.

Hoy sigo en este proceso continuo de poner límites, dejar de querer ser siempre “buena”, abrazarme y darme el espacio que cuando necesité por una o por otra razón no se me dio; sigo aprendiendo a utilizar mis recursos pero sin duda soy una mejor yo en todos los sentidos.

Ana.

Cuando yo inicié terapia somática acababa de someterme a una cirugía triple que hizo que mi cuerpo se sintiera completamente desconectado. Mi mente, mi corazón y mis entrañas las sentía como tres partes que se manejaban a su antojo y no podían estar en sintonía.

Poco a poco fui descubriendo que no nada más era esa cirugía la que había hecho que mi desconexión existiera; fue la manera que aprendí a sobrevivir en mi vida desde niña y lo aplicaba en el día a día.

Estar en terapia somática me ayudó a darme cuenta de mi cuerpo en el hoy y en el ahora. Y eso me hace estar más calmada, más consciente y más pensante al momento de que me suceden las cosas a mi alrededor. Gracias de verdad

Luis.

Estoy muy contenta porque estoy haciendo cambios que antes vivía amenazantes.

Parecería cualquier cosa pero no lo es, ya que logró acompañarse mejor desde la autorregulación.

Esta semana por ejemplo pude dejar “el tiradero” y no hacerlo todo! Lo pude hacer sin sentirme amenazada por ello.
Ahora puedo darme espacios para acompañarme.

Lucía

La experiencia somática con Daniela para mí ha sido un regalo inmenso del universo. Yo padecía de constantes ataques de pánico, mucha ansiedad y jamás entendía cómo parar.

Gracias a esta terapia he podido volver a mi cuerpo y he podido comprender que en él se encuentran las respuestas.

He aprendido a acompañarme y empecé a sentirme con mayor seguridad en el día a día.

Incluso para mi, el descubrimiento más grande fue descubrir la auto regulación, la co regulación con mi familia y poder brindarle las mismas herramientas mediante la crianza a mi hijo, para que en el futuro él pueda utilizarlas para volver a su cuerpo, acompañarse, regularse y co regularse con los demás.

Miriam

A causa de un suceso doloroso, se disparó en mí ataques de pánico y ansiedad.

Gracias a la experiencia somática aprendí a entender mis emociones. Conectar mi cerebro con mi cuerpo, entender de donde vienen esas emociones, ansiedad y miedos.

A no evadirlo y dejar que mi cuerpo se exprese. Hacer que mi sistema parasimpático fluya naturalmente.

Hoy soy otro.

Daniel.